Eärwa


Despedimos la semana con un nuevo destino de la más moderna literatura fantástica. Hablo del mundo en el que se ambientan la serie de novelas conocidas como “El Segundo Apocalipsis” del escritor canadiense R. Scott Bakker. Si ya dijimos que George R.R. Martin. Con su “Canción de Hielo y Fuego” había cambiado para siempre este género literario, podemos aquí afirmar que nos encontramos ante uno de los tres o cuatro mejores exponentes de la fantasía actual. La obra de Bakker, cuya primera trilogía de la serie (la única publicada en castellano) titulada “Príncipe de Nada” se basa muy libremente en la Primera Cruzada, se ambienta en Eärwa, el continente occidental de un mundo muy similar al nuestro, separado de un continente oriental Eänna (citado en las novelas pero sin que aparezca ninguna localización de este en las mismas). Eärwa, con sus tres mares centrales, recuerda inevitablemente a Europa, y las naciones que hay en él no hacen sino reforzar esa semejanza. Bajo los nombres de naciones como Nansur o pueblos como los scylvendios, los reinos Inrithi o los Fanim se esconden un decadente Imperio Bizantino, los mongoles, los reinos cristianos y el Islam. La obra de Bakker es tan compleja como grandiosa, profunda, llena de matices, y francamente dura de leer. Todos y cada uno de sus protagonistas son grises, complejos, cuando no profundamente despreciables. Humanos hechos de tinta, al fin y al cabo. Personajes que cualquier otro escritor convertiría en el “héroe” de la historia, como el caso del general nansur Ikurei Conphas brillante estratega vencedor de los scylvendios, en manos de Bakker se dibujan como lo que somos las personas de carne y hueso, miserables mortales. Y, para rematar la faena, el principal protagonista de la historia, Anasûrimbor Kellhus, el guerrero Dûnyaino, es un ser completamente amoral, casi un psicópata.

Con esto y con todo, aceptando que son novelas difíciles de leer, con una carga filosófica profundísima (no en vano su autor es profesor de filosofía), la obra de Bakker es de obligada lectura para cualquiera que disfrute de la fantasía. Porque, y eso que nadie lo dude, estas son novelas de alta fantasía, con una magia poderosísima presente a lo largo de toda la historia (creo que la mayor batalla de magos que he leído en mi vida se desarrolla en “El Profeta Guerrero”, segundo libro de Príncipe de Nada), y con un desarrollo del mundo tan completo que en ocasiones podemos tener la falsa impresión de estar leyendo un ensayo de un mundo real. En definitiva, para este humilde lector y coleccionista de mundos imaginarios (entre muchas otras aficiones raras), R. Scott Bakker es el mejor escritor actual de literatura fantástica y, a falta de leer las novelas correspondientes a la segunda trilogía del ciclo (The Aspect-Emperor) su Príncipe de Nada a día de hoy ocupa el trono de este género. Ojalá esta entrada de Hic Svnt Dracones ayude a difundir esta obra.

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