Jerusalén 1200


Tras las entregas dedicadas a los mundos fantásticos, retornamos a nuestro pasado. En esta ocasión viajamos hasta los llamados siglos oscuros, la plena Edad Media. Es jueves, 27 de noviembre del año de Nuestro Señor de 1095. Nos hallamos en el corazón de Francia, en la localidad de Clermont. Allí se han reunido en concilio las principales autoridades eclesiásticas y civiles de Francia, con la autorización y bajo la atenta mirada del Papa Urbano II, que a sus 55 años mantiene una imagen imponente. En pleno concilio el Santo Padre, en respuesta al mensaje de auxilio enviado por el emperador de Bizancio Alejo I Comneno, lanzó un inspirado discurso, casi una arenga de batalla, declarando la guerra santa contra los infieles, en cuyas manos estaba el Santo Sepulcro y llamando a todos los fieles en defensa de sus hermanos griegos al grito de “Deus Vult”, “Dios lo quiere”. Ese frío jueves de noviembre se inició de forma simbólica las Cruzadas, ese gran proceso histórico que en gran medida duraría hasta el siglo XVI, y que ha marcado de forma inexorable las de por si siempre conflictivas relaciones entre oriente y occidente. Y, en el centro de ese universo de las Cruzadas, como objetivo final de las mismas, la tres veces santa ciudad de Jerusalén.

De esa obsesión por Jerusalén nacieron bellos mapas como este que adorna esta entrada. Una representación idealizada de la Ciudad Santa, bajo la cual San Jorge, representando a los caballeros cruzados, persigue a un caballero sarraceno que huye, ilumina en sus páginas finales a este salterio salido del scriptorium de la Abadía benedictina de San Bertin, en algún momento entre los años 1190 y 1200. Espero que los que son amantes de la cartografía fantástica sepan Disfrutar de esta bellísima muestra de la cartografía medieval, en mi opinión tan evocadora como la que generalmente domina esta bitácora.

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